En los últimos 20 años, Yucatán ha despertado como un destino que atrae artistas, creadores y personalidades del Mundo del Arte. Más allá de la riqueza cultural de la civilización Maya, tanto Mérida como la escena del arte en su dimensión más amplia (más allá de museos, galerías, proyectos artísticos y arquitectónicos), se manifiesta como cultura viva, con arte culinario y joyas de la naturaleza. Sin embargo, no podemos olvidar que los retos culturales y ecológicos incrementan día a día.
TAE concibe Yucatán como un campus expandido de creación, es decir, un territorio que aloja proyectos que manifiestan distintos planos de la realidad, la historia y la cosmología. Tal es el caso de las obras de arte de sitio específico, las colaboraciones con artistas y las creaciones en comunidad.
Recientemente, miembros del Patronato del Museo de Arte Nelson- Atkins (Kansas City, EEUU) visitaron diversas instituciones culturales en Mérida de la mano de TAE. En mi rol de presidenta de TAE, conversé con el Director del Museo de Arte Nelson-Atkins, Julián Zugazagoitia, sobre el papel que tienen los Museos de cara a la complejidad y los retos de la realidad actual.
Ambos reconocimos la necesidad que tienen los museos de repensarse; la urgencia de transformar la interacción con los visitantes, para crear experiencias que los involucren sin limitarlos a ser únicamente receptores pasivos de información. Al sacar a la luz esa noción de museo como espacio vivo, expandimos la posibilidad de una relación más rica y significativa con las obras de arte y los objetos culturales.
La misión del Nelson-Atkins, fundado en 1933, fue acercar una representación del mundo a todo aquel que pisara dicho recinto. El Museo está constituido por colecciones que datan de distintos siglos y que provienen de diversas civilizaciones. Debido al contexto norteamericano de los años treinta, visitar el museo era la única oportunidad en el Midwest para entrar en contacto con una visión universal del Arte.
Hoy, la realidad digital nos acerca al mundo entero y a sus manifestaciones culturales. Además, existen muchas posibilidades de viajar. En palabras de Julián, el museo está buscando trasladarse de “la idea del museo que sale de la enciclopedia y muestra ejemplos maravillosos de distintas culturas y épocas, a la incorporación de una visión del conocimiento más amplia, que inspira a acceder a la belleza, a la creación y la creatividad humana de modo más personal”.
A la luz de esta intención por redefinir los caminos de los museos, surgió la pregunta: ¿de qué manera su visita a Yucatán les inspiró a explorar nuevas vías e imaginar nuevos horizontes? Como respuesta a mi cuestionamiento, Julián lanzó otra pregunta: ¿cómo podemos sobrepasar los muros arquitectónicos, temporales y curatoriales, que designamos al arte; cómo encontrar alternativas para mover la experiencia museológica al exterior y aprovechar lo hermoso del entorno natural?
Julián me confirmó la sorprendente presencia de la naturaleza en todos sus recorridos por Yucatán. Por otro lado, dijo, “Yucatán nos invitó a reflexionar de manera más profunda sobre el concepto de continuidad, un concepto que está muy presente en la visión museológica de Nelson-Atkins”.
En definitiva, la experiencia de continuidad es vibrante en Yucatán. Los Mayas de hoy son herederos de quienes vivieron en los sitios sagrados y en las ciudades; aquellos que vieron los cielos y bebieron el agua que bebemos hoy. Aún hoy, la experiencia cotidiana de los mayas está impregnada de un modo de ser, de ver y sentir, y deestar en relación con un origen arcaico, profundamente cosmológico.
Estas reflexiones me revelan la importancia del diálogo y la experiencia compartida entre instituciones culturales, pues las problemáticas y retos que enfrentamos hoy reclaman participación. En mi mirada, lo maravilloso de Yucatán es que es un museo vivo; el territorio es ese museo que conserva la belleza, la creación y la creatividad humana.
Tras este encuentro fructífero, me queda más claro el papel que tienen los museos y el arte de cara a la evolución del pensamiento cultural. La necesidad de replantearnos los fines y propósitos de las distintas instituciones culturales, y del Arte mismo, son fundamentales para conservar el legado de una cultura que hoy es sumamente vulnerable.